Expertos apuntan a la inviabilidad de proyectos como el Parc Tramuntana: la eólica marina en el golfo de Roses puede perjudicar a flora y fauna de zonas ecológicamente sensibles, avisa la Fundación Cousteau
Cada vez más estudios confirman el impacto negativo de la eólica marina sobre el medioambiente y la biodiversidad / Wikimedia Commons |
2.4.2023
La entidad elabora un informe alertando de los riesgos de la instalación de este tipo de proyectos energéticos en el Mediterráneo catalán.
La Fundación Philippe Cousteau "Unión de los Océanos" (FPC-UO) ha mostrado su "inquietud" ante el peligro que pueden correr el medio ambiente y la fauna y la flora marina de la Costa Brava si llegan a instalarse en la zona parques eólicos marinos.
La entidad considera que si bien ante la amenaza global del cambio climático surge la necesidad de desarrollar energías renovables que permitan la urgente reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la Directiva europea 2014/89/EU sobre la ordenación del espacio marítimo invita a tener en consideración las interacciones y conflictos con otras actividades para garantizar su coexistencia.
Para la fundación, "ello implica el deber de respetar los espacios naturales" como Zonas Especiales de Conservación (ZEC), Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugares de importancia comunitaria (LIC) establecidos dentro de la Red Natura 2000. Además, recuerdan que "uno de los objetivos establecidos por la UE en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es el de reducir la degradación de los hábitats naturales y detener la pérdida de biodiversidad a través, entre otros, de la protección del 30% de las áreas marinas".
Por eso alertan de que el espacio marítimo de 250 kilómetros cuadrados aprobado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en su planificación (POEM) se encuentra en una zona de máxima sensibilidad ambiental entre los parques naturales del Montgrí, las Illas Medes, el Baix Ter, el Cap de Creus y en el horizonte del Parc Natural dels Aiguamolls de l'Empordà, unos espacios naturales que albergan numerosas áreas protegidas por la Red Natura y que "aportan una gran riqueza ecológica" a la zona.
"Aunque las premisas por parte del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) a la hora de establecer las áreas para construir parques eólicos marinos se han establecido en función de que no se afecte la biodiversidad marina, y que no se generen conflictos con actividades como el turismo y la pesca, estas bases parecen difícilmente alcanzables a falta de una profunda evaluación del impacto que puede tener un padre eólico marino de grandes dimensiones en el umbral. de uno de los patrimonios naturales marinos más importantes de un mar ecológicamente debilitado por las presiones antrópicas como es el mar Mediterráneo" -manifiesta la Fundación Cousteau-.
IMPACTOS DE LOS PARQUES EÓLICOS MARINOS
Evaluando los impactos de la eólica marina la entidad recuerda que este tipo de generación energética "no está exenta de tener impactos negativos sobre el medio ambiente", apuntando a diferentes estudios científicos que alertan, entre otros factores de "la posible pérdida de biodiversidad, la destrucción de los hábitats, el aumento de contaminantes y la proliferación de especies invasoras en los ecosistemas marinos durante las fases de construcción, operación y desmantelamiento de los parques eólicos".
"El ruido asociado a las operaciones de construcción/desmantelamiento y funcionamiento de las turbinas eólicas puede llegar a superar los 200 dB y afectar de manera importante a prácticamente todas las especies marinas que se encuentran a poca distancia de la fuente de perturbación. La comunicación, la elección de rutas migratorias y de hábitats óptimos y el estrés físico y fisiológico pueden verse seriamente impactados por la contaminación acústica en innumerables organismos de la fauna marina presente de manera permanente o estacional en la Costa Brava. Además, cetáceos peces y tortugas marinas corren el riesgo de chocar con las embarcaciones encargadas de las operaciones de construcción y mantenimiento de los parques" -detalla la entidad-.
Además, explican de que "áreas del fondo marino de la Costa Brava se pueden perder completamente o quedar estropeadas bajo los cimientos o sistemas de fondeo de las turbinas, cables submarinos y las estructuras del parque eólico" y "la degradación de los hábitats bentónicos también puede ser causada por las actividades propias de la construcción, que pueden producir plumas de sedimento lo suficientemente disruptivas para desplazar de manera temporal o permanente a organismos del fondo marino". Por otra parte "la creación de nuevos sustratos no solo puede favorecer la colonización de nuevas especies invasoras, lo que podría alterar el equilibrio ecológico de la zona" sino que "las estructuras y actividades del parque eólico también pueden producir efectos hidrodinámicos capaces de alterar las condiciones físico-químicas de la columna de agua y, por tanto, la actividad de su fauna asociada, entre las que se encuentran diferentes especies en peligro de extinción".
"La presencia de los cables eléctricos submarinos que transportan la electricidad generada al padre eólico hasta la costa, distancia que podrá superar los 20 km, generan campos electromagnéticos (CEM) que se propagan al medio marino, afectando la flora y la fauna marina. Los CEM pueden afectar también a los organismos que utilizan el campo geomagnético natural de la Tierra para orientarse o a los que dependen de la precisión de sus órganos electrorreceptores para realizar sus funciones biológicas y/o ecológicas. Estudios recientes también han demostrado cambios en el comportamiento de algunas especies de crustáceos y efectos sobre especies de cetáceos cuando sus rutas diarias y/o migratorias se ven expuestas a este tipo de perturbación. Debido a la mayor conductividad de las ondas electromagnéticas de baja frecuencia del agua de mar y el elevado número de estudios investigando la relación entre los CEM y el cáncer en humanos, nos preocupa también el impacto que estas radiaciones podrían provocar en la salud de los organismos marinos" -detalla la Fundación-.
Por todos estos motivos, la entidad recomienda que las decisiones administrativas al respecto "no se tomen en detrimento de los espacios naturales del Empordà" y que, ante cualquier proyecto de estas características se garantice, ante todo, la protección de los ecosistemas y la biodiversidad de las zonas afectadas, estudiando con carácter previo los posibles impactos de los campos electromagnéticos en el medio marino y sobre comunidades "animales, vegetales y microbiológicas" y se garantice que los intereses de empresas particulares "no se interpongan con el cumplimiento de los objetivos establecidos por la Unión Europea en la Agenda 2020 para el Desarrollo Sostenible y la protección de la Red Natura 2000", no admitiendo a trámite el MITECO ningún proyecto que no respete escrupulosamente estos condicionantes.